jueves, 7 de junio de 2012

LA LITERATURA RENACENTISTA


LA LITERATURA RENACENTISTA EN ESPAÑA

El Renacimiento es un movimiento cultural que se inicia en Italia en los siglos  XIV y XV, y que se extiende por toda Europa durante el siglo XVI. Supone un cambio en la visión del mundo con respecto  a la Edad Media, y afecta especialmente a la literatura y al arte.
La literatura renacentista vuelve su mirada al mundo de la Antigüedad grecolatina y se recuperan formas clásicas como la égloga, la elegía, la epístola o el diálogo; El único género verdaderamente nuevo es la novela picaresca. La literatura italiana se convierte en referente para todos los escritores europeos: la poesía de Petrarca, el soneto y los versos endecasílabos ((once sílabas). Los temas más importantes son el amor y la naturaleza, y aparecen frecuentemente referencias a la mitología clásica. El estilo busca la claridad y el equilibrio.
 En la literatura española del siglo XVI se distinguen dos períodos, coincidentes con los reinados de Carlos I (1516-1556) y de su hijo Felipe II:
·            La primera época, más abierta a Europa, recoge las ideas que vienen de Italia. Es la época de la poesía italianizante, en la que destaca Garcilaso de la Vega, y de un nuevo tipo de novelas, realistas, que se inicia con el Lazarillo de Tormes: la novela picaresca.
·            En la segunda época, España se cierra a Europa en defensa del catolicismo. En este periodo sobresale la literatura religiosa, con las obras de Fray Luis de León, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.

POESÍA
La lírica española alcanza durante el siglo XVI un gran esplendor. Se siguen utilizando las formas anteriores, como los romances, pero triunfa la corriente italianizante o petrarquista, que se manifiesta en el uso de una métrica nueva (el verso endecasílabo, combinado en algunas estrofas con el heptasílabo), en la aparición de estrofas como la lira, la estancia y el soneto (dos cuartetos y dos tercetos con rima consonante), y en el uso de un lenguaje elaborado y culto, pero más sencillo que el que se usará en el XVII.

Garcilaso de la Vega (1501-1536)
De familia noble, recibe una formación cortesana al lado de importantes humanistas que lo hacen buen conocedor de la cultura clásica grecolatina. También fue soldado al servicio de Carlos V.
Su obra literaria supone una renovación de los contenidos (temas como el amor, la naturaleza y la mitología), de la métrica (soneto, terceto, lira y octava real) y del estilo (lenguaje culto, elaborado, cargado de epítetos, comparaciones, metáforas, etc.). Su producción poética fue corta, pero de altísima calidad: tres églogas (poemas de tema pastoril), cinco canciones, dos elegías, una epístola, treinta y ocho sonetos.

Poesía religiosa de la Contrarreforma
En la segunda mitad del siglo XVI se agravaron los problemas de la Iglesia católica ante la expansión de la reforma protestante. Para frenarla, se inicia el movimiento de la Contrarreforma. Algunos autores ligados a la Iglesia desarrollaron una importante obra de temática religiosa:
Fray Luis de León.- Profesor de la Universidad de Salamanca y escritor de versos y de prosa. Su estilo se caracteriza por la sencillez, la sobriedad y la precisión. En poesía destacan sus odas (“Oda a la vida retirada”), y en prosa, obras como “La perfecta casada”.
Santa Teresa de Jesús.- Monja carmelita que desarrolla una gran labor de creación y reforma de conventos de su orden. Su obra está ligada a su propia experiencia religiosa, pero su pretensión es adoctrinar a sus monjas sobre el camino de la perfección. Su lenguaje es llano y natural. Sus obras principales son: “Camino de perfección” y “Las moradas”.
San Juan de la Cruz.- Monje carmelita que, influido por Santa Teresa, decidió reformar su orden. Su poesía tiene la finalidad de expresar su experiencia mística para animar a sus frailes y ponerlos en el camino de la perfección que él había alcanzado. Su estilo es fresco y vital, pero muy artístico. Su “Cántico espiritual” es uno de los más bellos poemas en lengua castellana. Está situado en un ambiente pastoril y expresado en un lenguaje alegórico propio del amor profano. Utiliza los símbolos de la “amada” (el alma), el “esposo” (Dios), la “búsqueda” (mortificación) y el “encuentro” (unión mística).


NOVELA

A lo largo del siglo XVI se cultivan distintos géneros narrativos que conviven con los libros de caballería y que tienen en común la evasión de la realidad. Estos géneros son: novela sentimental (amores desdichados), novela pastoril, novela morisca (relatos de amor y guerra de árabes granadinos) y novela bizantina (aventuras inverosímiles de una pareja de enamorados).
Frente a todos estos géneros narrativos se encuentra la novela picaresca, que se caracteriza por reflejar la sociedad tal como se estaba viviendo. En aquella época era frecuente la mendicidad infantil, por eso los personajes de estas novelas son pícaros, muchachos que se ganan la vida mendigando y pasando penurias. Dentro de este género, es “El Lazarillo de Tormes” la obra más representativa. Novelas posteriores de interés son: “El Buscón” de Quevedo, y “Rinconete y Cortadillo” de Cervantes.

El Lazarillo de Tormes
Esta obra se publica en 1554 y es anónima (seguramente su autor no quiso darse a conocer para evitar ser acusado de burlas a la Iglesia).
El protagonista es Lázaro, un niño humilde (hijo de un ladrón y de una mujer poco honesta) que sirve y engaña a varios amos: un ciego cruel, un clérigo avaro, un escudero pobre obsesionado por la honra y la apariencia, y un estafador. Termina como pregonero en Toledo, casado con la criada de un arcipreste, sobre la que circulan rumores maliciosos.
Lázaro es el primer pícaro de la literatura española, un antihéroe (muy diferente de los caballeros andantes), que nace en el deshonor y la miseria y tiene que engañar para sobrevivir.
La obra se presenta como un relato autobiográfico en forma epistolar (es decir, de carta). Es una obra que describe con realismo la sociedad española del XVI, incluso la ridiculiza con un humor cruel y pesimista. El estilo es sencillo y natural, con frases breves y un diálogo animado; abundan los refranes y el humor.

Cervantes

Miguel de Cervantes nace en Alcalá de Henares en 1547. En 1569 viaja a Italia y lucha en Lepanto, donde una herida le deja inválida su mano izquierda. De regreso a España, su barco es apresado por piratas y permanece cautivo en Argel hasta que los padres trinitarios le rescatan. Ya en Madrid,  escribe sin éxito comedias y la novela pastoril “La Galatea”. Desempeña oficios de proveedor de la Armada Invencible y recaudador de impuestos, pero es procesado por irregularidades en la contabilidad. En 1605 publica la primera parte de “Don Quijote”; en 1613, la “Novelas Ejemplares”; en 1615, la segunda parte de “Don Quijote”. Terminó la novela bizantina de “Los Trabajos de Persiles y Seguismunda” días antes de su muerte (23 de abril de 1616).
 La obra de Cervantes es muy variada y cultivó todos los géneros: poesía, novela, teatro. Pero es en la novela donde alcanza su mayor expresión.
Las “Novelas ejemplares” (1615) son una colección de relatos breves que tienen una finalidad educativa. Algunas de ellas presentan ejemplos de conducta censurable como “El celoso extremeño”, “El matrimonio fingido” o “El coloquio de los perros”. También incluye “Rinconete y Cortadillo”, relato que tiene como protagonistas a dos pícaros.
Don Quijote de la Mancha” (1605 y 1616) es una de las obras maestras de la literatura universal. En ella se narran las aventuras del hidalgo manchego Alonso Quijano que se vuelve loco leyendo libros de caballerías cuyas hazañas quiere imitar. En la primera parte, con el nombre de don Quijote de la Mancha, inventa una dama, Dulcinea del Toboso, y, acompañado del labrador Sancho Panza, emprende diversas aventuras: la de los molinos, la de los rebaños, la liberación de los galeotes, los sucesos de la venta. Finaliza cuando el cura y el barbero de su pueblo lo conducen en una jaula hasta su casa, haciéndole creer que sufre un encantamiento.
En la segunda parte, Sancho engaña a don Quijote diciéndole que Dulcinea está encantada en forma de una tosca labradora. Don Quijote busca inútilmente desencantarla. Se hospedan en el palacio de unos duques que se burlan de ellos. Sancho, por poco tiempo, gobierna una ínsula. En Barcelona don Quijote es derrotado por el caballero de la Blanca Luna (en realidad es el bachiller Sansón Carrasco, un estudiante vecino de don Quijote). De vuelta a su aldea, desilusionado y vencido, don Quijote recobra la razón y muere en paz.
Esta novela es una parodia de los libros de caballerías, pero también es un reflejo del conflicto entre los deseos y la realidad.
Los rasgos principales de la técnica literaria de esta obra son:
·            La construcción de personajes modernos, no simplistas y estereotipados, en cuya vida se mezclan el heroísmo y la debilidad, son hombres comunes que van cambiando conforme a sus experiencias.
·            El uso del diálogo. Cada personaje posee un modo de hablar individualizado y característico, que refleja su modo de ser y de pensar.
·            Inserción de novelas dentro de la historia principal, que muestran los tipos de novelas de la época (pastoril, morisca, etc).

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